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Si no creen en Dios, ¿a quién le dan gracias los ateos?

Por: Thalia Nazario

Este próximo Día de Acción de Gracias, en millones de hogares, se harán invocaciones para agradecer a dios por las bendiciones recibidas durante el año. Y, miles de personas ateas se sentarán a la mesa con familiares y amigos a celebrar y presenciarán estos actos de gratitud a lo divino. En muchos casos, las personas que no crean en Dios no participarán de tales declaraciones, quizás solo observando desde una esquina, pero posiblemente sí harán expresiones de gratitud mediante una reflexión secular o mencionando por qué están agradecidos, sin invocaciones a seres sobrenaturales. Lo que lleva a preguntarse, ¿pueden realmente las personas ateas celebrar acción de gracias si no tienen a un Dios a quien agradecer? ¿Es acaso el agradecimiento un acto estrictamente religioso? ¿Cómo se puede dar gracias sin tener a quién agradecer las bendiciones recibidas?

La idea de que las personas ateas realizan un acto de gratitud vacío y sin significado, meramente porque no creen en Dios, se basa en prejuicios contra la comunidad no creyente. Lamentablemente, algunas personas creen que su religión tiene un monopolio sobre muchos aspectos de la experiencia humana, incluyendo la gratitud. La religión parece estar tan engranada en nuestra vida diaria y nuestra cultura que, para muchos, parece casi imposible existir sin que la fe en lo divino dicte las palabras, pensamientos y actos de todas las personas a su alrededor. Por eso, un elemento esencial para alcanzar la paz y el entendimiento social es la tolerancia, no discriminar contra quien no crea igual que tú, y comprender que no todas las personas comparten tus creencias y perspectivas ante la vida.

Quizás, la confusión está en qué consideramos actos dignos de agradecimiento. Para un creyente, parecería esencial dar gracias por un hermoso día, por el sol que nos ilumina y nos calienta, porque no vino el huracán… Sin embargo, alguien que rige su vida, por ejemplo, por el humanismo secular, no expresaría gratitud por estas cosas. El humanismo secular es una filosofía de vida naturalista que rechaza la fe y la creencia en lo sobrenatural a favor del escepticismo y la razón lógica. Para un humanista secular, el clima no depende de un ser supremo que controla el viento, la lluvia y las mareas, y el sol no es más que una bola de plasma que brilla por combustión nuclear. Pero, no por eso no tenemos a quien agradecer, al contrario: a familiares y amigos por su amor y su apoyo, a compañeros de lucha y de trabajo, a quienes realizan actos de bondad y generosidad que hacen la vida más llevadera y placentera…

La gratitud no es un acto místico a realizarse exclusivamente entre un creyente y un ser divino, evidenciado por la gran cantidad de veces que agradecemos a otros seres humanos por darnos la mano o por tener un gesto de bondad y compasión hacia nosotros. En vez de desperdiciar una oportunidad para compartir con amistades y familiares discutiendo si el agradecimiento de la persona atea sentada a la mesa es sincero o no, celebremos lo que nos une como familia y sociedad. ¿Para qué desperdiciar una oportunidad de gozo y celebración mirando de reojo a la “oveja negra” en la familia, reprochándole y cuestionándole porque no profesa tu religión?

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