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Expresiones de Humanistas de Puerto Rico sobre arresto de María Milagros Charbonier y reacciones de líderes religiosos al respecto

 

jueves, 20 de agosto de 2020

MENSAJE DE LA PRESIDENTA Y DIRECTIVA DE HUMANISTAS DE PUERTO RICO

No ibamos a comentar del asunto reciente de María Milagros (“Tata”) Charbonier y los cargos que se le imputan por supuesto robo, sobornos, fraudes electrónicos, lavado de dinero y obstrucción a la justicia, pero unos desacertados comentarios del pastor René Pereira acusando a “medios seculares” de haberlo hecho, nos motivan a entrar al ruedo no porque somos parte de los medios, pero sí por seculares. No queríamos hacer leña del árbol caído y dar espacio a que se divulgara más información del asunto, y de las reacciones de sus copartidarios y correligionarios (una muy difícil distinción, con demasiada frecuencia) para entonces reaccionar.

Queremos enfatizar que esta nota no es una crítica al partido de la ex representante, pero sin duda que va a ser una crítica a los que piensan que no se puede ser bueno sin dioses, o como nos dijo el mismísimo P/residente de la Cámara de Representantes, Carlos “Johnny” Méndez, que si no tienes a dios en tu corazón “no vales nada.” Tampoco deseamos que esta nota sea vista como un endoso a otros partidos o candidatos a puestos políticos.

El Pastor Pereira, que tanto ha intentado desprestigiar a los de otras religiones o ninguna religión, nos menciona nuevamente. En un post reciente de su nefasta organización, le recuerda a sus lectores, de forma poco útil, que “Ellos (no creyentes y seculares) no tienen el mismo espíritu de compasión y misericordia que tenemos los creyentes.”. Le damos la razón. Los humanistas, al no tener unas obligaciones ideológicas de ver como menos a otros que creen distinto, no creen, son de tribus foráneas, o pecan contra el espíritu santo, tendemos a ser mucho más inclusivos en nuestros círculos de acción y compasión.

El problema aquí es que muchos creyentes quieren aprovecharse de las ansias de reelección de muchos candidatos de todos los partidos, apelando a unas emociones religiosas, e instigando a esos políticos a que tomen decisiones, legislen o decreten con la idea de promover unas creencias religiosas, o hacer que los ciudadanos se comporten como si tuvieran esas mismas creencias. Aún más aberrante es cuando los políticos, en efecto, cumplen con esas sugerencias desde sus puestos, y se expresan oficialmente en contra de religiones minoritarias, o de los que no tienen creencias religiosas o son humanistas.

La ex-representante, de forma específicamente notable, imponía sus ideas religiosas desde su puesto, sus comisiones en la Cámara de Representantes y las legislaciones que presentaba y promovía. Eso siempre la hizo foco de nuestras atenciones. Se jactaba de su religiosidad, y se aprovechaba de cuando otros la defendían usando esa religiosidad como una marca y señal certera de sus valores humanos y capacidad para hacer leyes y dar algún buen ejemplo ético y moral; pero nosotros los humanistas sabíamos que esa insistencia en hacer alarde de la religiosidad personal, como sustituto deficiente de realmente demostrar valor, capacidad y utilidad, es una cortina de humo. Hay un valor intrínseco y natural en todo ser humano, pero esto no solo hay que alegarlo, sino que hay que demostrarlo. Millones de creyentes a lo largo de la humanidad lo han hecho, no por decir que creen en un dios, sino por sus actos. Las personas que no creemos en dioses ni religiones también lo hemos hecho. Somos buenos con y sin dios. La mayoría somos buenos a pesar de lo que dicen los libros sagrados.

Aún así, las cárceles están llenas de personas fieles a las religiones judeocristianas. Las personas que no creen en dioses son un porciento mínimo de estas poblaciones, menor que nuestra proporción en la comunidad general. O sea, creer en un dios no te hace mejor. No te hace más bueno. Muchos cristianos saben esto, pero los teócratas (políticos y líderes religiosos) insisten en promover esta mentira libelosa para crear miedos y traumas irracionales en su feligresía y para compelerlos vulgarmente a votar por unas personas que van a adelantar ciertas políticas y costumbres que perciben como de su dios, o mas suciamente, como “valores” o “protección de la familia”. Muchos religiosos no tienen un líder que les recuerde que la fe es algo personal y que la bondad, la integridad, la compasión, la generosidad y tantas más, son valores humanos y no unos hábitos exclusivos de los que creen.

En cuanto a la ex-representante, su esposo y su hijo, les deseamos una defensa competente. De ser encontrados culpables, que cumplan a cabalidad las sanciones que se les impongan. El pueblo necesita esto. Los de su partido y los de su religión también necesitan que se haga justicia. Entendemos que en los mandamientos de su religión, se dice que no robarás, pero en Puerto Rico con lo que hay que cumplir es con las leyes y con nuestra Constitución. Separacion de iglesia y estado: ¡AHORA!

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